Amigos de la Tierra publica el estudio «El impacto en el empleo de la transición agroecológica en España» en el que se analizan nueve escenarios relacionados con la producción y el consumo de alimentos en cuanto a la creación de empleo y se concluye que una transición agroecológica puede incrementar el empleo en el sector agrario en más de 400.000 puestos.
En la actualidad el sector agrícola y ganadero emplea a 799.000 personas en España, a través de una transición agroecológica con un cambio de dieta, reduciendo el consumo de carne, se llegarían a alcanzar 1.218.000 personas empleadas, cifras similares a la situación de España antes de la entrada en la Unión Europea. De esta forma se llegaría a los 864.000 puestos de trabajo en la agricultura y 354.000 en ganadería, frente a las actuales 599.000 en y 199.000 respectivamente.
El estudio se basa en la anterior investigación de Amigos de la Tierra, «La urgencia de una transición agroecológica en España» en la que se comparan diferentes escenarios de producción y consumo de alimentos. Para la organización resulta revelador cómo la transición agroecológica con una reducción en el consumo de carne, que implica una menor cabaña ganadera en nuestro país, puede generar según el estudio 154 mil nuevos empleos en el sector, debido fundamentalmente al cambio del modelo ganadero necesario para un escenario agroecológico. El incremento en la cabaña ganadera del pequeño rumiante supone un aumento en la necesidad de mano de obra, hasta las 125 mil personas empleadas en España, más del triple que en la actualidad.
En la misma línea, en la producción de monogástricos (avícola y porcino), que desempeña en la actualidad un papel relevante en el sector ganadero, el número de animales tendría que reducirse de manera significativa, ya que el sector se encuentra sobredimensionado en relación a la capacidad biofísica de los ecosistemas españoles. Sin embargo, dado que la necesidad de mano de obra es mayor en la producción agroecológica (tres veces más en el caso del pollo y cinco veces más en el caso del porcino), la necesidad de mano de obra se vería menos afectada de lo esperado, o incluso se incrementaría, como ocurre en el caso de la producción aviar.
En el caso de la producción vegetal, la mayor parte de los incrementos en los puestos de trabajo se dan en la producción de leguminosas y de hortalizas. En ambos casos esto es debido al incremento en el número de hectáreas destinadas a su cultivo. En el escenario agroecológico, la mayor parte de las 3,5 Mha de barbecho puestas en producción se acaban repartiendo entre estos dos sectores, donde trabajarían 90 mil personas en la producción de leguminosas y 237 mil en la de hortalizas.
Andrés Muñoz Rico, responsable de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra, afirma que “las administraciones públicas deben promover una agricultura y ganadería a pequeña escala, basadas principalmente en una economía familiar, que proteja los ecosistemas y los recursos naturales, y que garantice unas rentas mínimas para el desarrollo adecuado de la actividad y la consecución de una vida digna para las personas que trabajan en ella. Especial importancia tienen los subsidios agrarios como la Política Agraria Común, PAC, que deben llegar a aquellos productores que respeten el medio ambiente y los derechos de las personas trabajadoras».
Amigos de la Tierra resalta la necesidad de avanzar hacia una transición agroecológica y un cambio de dieta con la reducción de consumo de carne. Las evidencias señalan la importancia de seguir esta dirección para hacer frente a la crisis ecosocial. Así afirma que la agricultura y la ganadería deben guiarse por la soberanía alimentaria y la agroecología, y respetar los límites planetarios, centrándose en la lucha contra el cambio climático y en el cumplimiento de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales.