- Las versiones filtradas del plan de la Comisión priorizan la diversificación de las importaciones de gas fósil de la UE, así como las importaciones de hidrógeno y biogás
- El plan no propone una eliminación gradual del gas fósil, pero sí propone acelerar el despliegue de energías renovables y medidas para mejorar la eficiencia energética
- Según Greenpeace, buscar nuevas fuentes de importación de gas fósil o combustibles alternativos no solucionará la vulnerabilidad de Europa ante las crisis energéticas y acelerará el colapso climático
La Comisión Europea publicará hoy un plan sobre cómo reducir la dependencia de la UE de las importaciones de gas fósil de un solo proveedor en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Rusia y la actual crisis energética. Buscar nuevas fuentes de importación de gas fósil o combustibles alternativos aún dejaría a Europa vulnerable ante las crisis energéticas y aceleraría el colapso climático, ha declarado Greenpeace.
Las versiones filtradas del plan de la Comisión priorizan la diversificación de las importaciones de gas fósil de la UE, así como las importaciones de hidrógeno y biogás. El plan no llega a proponer una eliminación gradual del gas fósil en su totalidad, pero sí propone acelerar el despliegue de energías renovables y medidas para mejorar la eficiencia energética.
Silvia Pastorelli, responsable de la campaña europea de energía y clima de Greenpeace, ha declarado: “Europa debe dejar de financiar la maquinaria bélica de Putin, pero el problema es más profundo que abordar de dónde viene el gas fósil que usamos. El problema es que quemamos mucho gas. Otras fuentes de gas fósil, hidrógeno o biogás mantendrían a la UE enganchada a la quema de combustibles y vulnerable a futuras crisis energéticas, además de empeorar la crisis climática. Los esfuerzos de la UE deben centrarse en reducir la demanda de energía y acelerar las energías renovables lo más rápido posible; esto nos ayudará a reducir las importaciones no solo de gas ruso, sino también de petróleo y carbón, así como a evitar empujar a millones de personas a la pobreza energética”.
La mayoría de los combustibles fósiles que importa la Unión Europea provienen de Rusia. En 2019, dos quintas partes de las importaciones de gas fósil de la UE vinieron de Rusia, al igual que más de una cuarta parte de las importaciones de crudo y casi la mitad del carbón importado. Las importaciones de energía de la UE desde Rusia ascendieron a 60.100 millones de euros en 2020.
Greenpeace y otras seis organizaciones de la sociedad civil han elaborado un manifiesto sobre la calefacción renovable en Europa, en el que se explica cómo reducir la dependencia europea de los combustibles fósiles y proteger a las personas vulnerables de la pobreza energética. El uso principal del gas fósil en la UE es la calefacción de edificios y agua, que representa alrededor del 40 % del gas utilizado. En España en 2019 el uso residencial fue un 21% y en el comercio, los servicios y las administraciones públicas fue un 16% del gas total empleado.
Los próximos jueves y viernes, los jefes de gobierno de los países miembros de la UE se reunirán en Versalles para discutir más a fondo las medidas energéticas para reducir las importaciones de combustibles fósiles de Rusia.