· La Ecomarcha 2018, la ruta ciclista de Ecologistas en Acción, ha denunciado a su entrada en Castilla y León lo absurdo de las estaciones nuevas del AVE, construidas ‘en medio de la nada’ y que no solucionan las necesidades de conectar a los pequeños municipios rurales.
· El pelotón ecologista pone en marcha tres acciones de protesta en diferentes estaciones de tren de la provincia de Segovia, una de larga distancia y dos de trenes regionales. El tren Regional es, junto al de Cercanías, el que más recortes en servicios y cierres de líneas está sufriendo en los últimos años.
Durante el paso por la provincia de Segovia, la Ecomarcha 2018 está efectuando varias acciones de protesta relacionadas con el tren. La primera de ellas ha tenido lugar en la nueva estación de Segovia-Guiomar, una ‘estación fantasma’ utilizada por los trenes de alta velocidad AVE, trenes de grandes distancias con cambio automático de ancho Alvia y trenes regionales Avant.
El pelotón ciclista de Ecologistas en Acción ha denunciado que este tipo de estaciones nuevas, como ocurre en Guadalajara (Valdeluz), Antequera-Santa Ana, Campo de Tarragona, Burgos, Utiel-Requena o Medina del Campo, son «un fenómeno ligado a la especulación del suelo, al ladrillo y a la concepción elitista de prestar servicio solo a las grandes aglomeraciones urbanas abandonando el mundo rural».
Según José Luis Ordóñez, portavoz de Ecologistas en Acción, la nueva estación de Segovia-Guiomar intentaba ser un núcleo de nueva urbanización para extender hacia el sur el desarrollo difuso de la ciudad de Segovia, al estilo del intento de la urbanización truncada de Valdeluz que promovió en Guadalajara la familia de Esperanza Aguirre.
Ecologistas en Acción ha señalado que las ‘estaciones en medio de la nada’ se han impulsado en paralelo al soterramiento del ferrocarril en las ciudades, con los claros ejemplos de Murcia, Valladolid o Almería. Ejemplos que, en palabras de Ordóñez, «están implicados en la especulación del suelo, la recalificación del suelo de uso ferroviario a suelo destinado a grandes hoteles, centros comerciales y viviendas de gran lujo en pleno corazón de las ciudades, alimentando también al ladrillo y a la expulsión del centro de las urbes de las personas con menor capacidad adquisitiva».
Por un tren regional público, social y sostenible
Las otras dos protestas de la Ecomarcha han tenido lugar en la estación de Segovia, utilizada por los trenes regionales normales, y en el propio El Espinar. La reivindicación ecologista ha insistido en la necesidad de adoptar medidas para la protección y el fomento del ferrocarril público, social y sostenible.
En la provincia de Segovia se han perdido dos líneas ferroviarias, la de Segovia a Medina del Campo que se transformó en una Vía Verde y la del tren directo Madrid-Riaza-Aranda-Burgos. Es precisamente el tren Regional, junto al de Cercanías, el que más recortes en servicios y cierres de líneas están sufriendo frente al modelo de AVE que se ha impuesto en los últimos 20 años.
Con la visita ciclista a la estación de Segovia en pleno casco urbano se denunciará su situación de semiabandono y su mal servicio. Ordóñez ha explicado algunas de las dificultades: «Por aquí tan solo pasan dos trenes al día y se debe hacer transbordo en Cercedilla, Comunidad de Madrid, para pasar a un tren de cercanías. Los trenes entre Madrid y Segovia tardan más de dos horas en hacer su recorrido».
Por su parte, el municipio segoviano de El Espinar dispone de cuatro estaciones (Gudillos, San Rafael, El Espinar y Los Ángeles de San Rafael) pero solamente dos trenes al día, los que circulan entre Segovia y Madrid. A su vez el municipio cuenta con la carretera N-VI y la autopista A-6, y tres túneles perforados en la Sierra de Guadarrama al servicio de la A-6, y sufre fuertes atascos así como una mala gestión invernal de la autopista. «Es un claro ejemplo del desequilibrio modal en el trasporte que existe en España entre el ferrocarril y la carretera», concluye Ordóñez.
José Luis Ordóñez