SEO/BirdLife solicita a la Xunta de Galicia que sea consecuente con el modelo de gestión y desarrollo que quiere para las Islas Cíes.
Mientras está en trámite su candidatura a este reconocimiento de la UNESCO, el Parque Nacional Marítimo Terrestre y espacio protegido Natura 2000 sufre el impacto del overbooking.
La ONG ambiental reclama al Gobierno gallego que apruebe el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de las Islas Atlánticas que lleva 15 años de retraso, así como los planes de gestión con sus correspondientes líneas de financiación.
En el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, SEO/BirdLife defiende un modelo de turismo responsable en este importante espacio natural.
Este verano la situación que se ha vivido en las Islas Cíes ha llegado a un punto alarmante para la conservación de sus valores naturales. Un año más, pero de un modo intensificado, se han puesto a la venta más billetes para visitar la zona de lo que está permitido. Al parecer, se ha llegado a duplicar el aforo –decidido por la Xunta de Galicia– que es de 2.200 personas y 800 campistas al día. Coincidiendo con el Día Mundial del Turismo, que se celebra mañana miércoles con el lema “El turismo sostenible como instrumento de desarrollo”, SEO/BirdLife apremia al Gobierno gallego a poner en marcha un plan que garantice un uso y gestión sostenibles del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, candidato a formar parte del listado de lugares Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Este plan, de obligada aprobación por parte del Ejecutivo regional, lleva 15 años de retraso.
Las Islas Cíes forman parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas desde el 2002 y de la mayor red coordinada de espacios protegidos del mundo, la Red Natura 2000, como Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Importancia Comunitaria desde 1988.
Todas estas figuras de protección son el resultado de un valor ambiental que, por su importancia ecológica, se encuentra al amparo de la legislación nacional y europea. Acantilados y dunas con una vegetación singular y endémica acogen una de las colonias de cormorán moñudo más importantes de Europa, y la población de gaviota patiamarilla más importante del mundo, entre otras aves y especies de fauna y flora.
El espacio es fundamental en las migraciones de aves marinas, el grupo de aves más amenazado del mundo. Destacan los pasos de la pardela balear, catalogada En Peligro de Extinción y la pardela pichoneta.
Este conjunto de valores naturales son de enorme atractivo para el visitante y, bien gestionados, puede ser una fuente de riqueza y desarrollo en la zona. El problema estriba en que, en la actualidad, el overbooking pone en riesgo la sostenibilidad del modelo. Durante julio y agosto, este espacio natural protegido ha vivido el impacto de más de 130.000 personas, más los casi 50.000 campistas, sumándose a los cientos de trayectos de las embarcaciones que fondean o navegan de un lado a otro de la Ría de Vigo.
La mayor parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas está conformado por un medio marino de elevado valor ecológico cuya riqueza también está en peligro ante la mala regulación de la navegación recreativa, la pesca y el marisqueo.
Protección efectiva
Más allá de “multas ejemplarizantes” a las navieras, como se han anunciado por parte de la Xunta, lo que es urgente es que la protección de este espacio sea realmente efectiva. Desde que se declaró Parque Nacional hace ya 15 años, todavía no se ha aprobado el Plan Rector de Uso y Gestión.
“El problema no se resuelve con multas a las navieras, es perentorio aprobar la gestión del uso del espacio a nivel nacional y también cumplir con la normativa europea. Tampoco se han aprobado los planes de gestión ni se han identificado los instrumentos de financiación necesarios para lograr una coherente conservación del espacio”, afirma Octavio Infante, responsable de Programa Espacios de SEO/BirdLife.
Por tanto, la ONG ambiental exige a la Xunta que cumpla con la Ley de Parques Nacionales, aprobando el Plan Rector de Uso y Gestión como instrumento clave en la ordenación, gestión y protección de las Islas Cíes y de los demás archipiélagos que conforman el espacio protegido (Ons, Sálvora y Cortegada).
“La primera tarea debería ser regular la actividad turística. Es prioritario evaluar el número de personas que pueden soportar las islas en base a un estudio de la capacidad de carga que pueden asumir los ecosistemas marinos y terrestres”, concluye Octavio Infante.
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