Cualquier organización, asociación, entidad o colectivo constituido puede participar en la campaña creando puntos de recogida de basuraleza.
En la primera edición, se caracterizaron cerca de 15.000 objetos en 70 puntos costeros del país.
Madrid, 01 de agosto de 2018.- Del 28 de septiembre al 7 de octubre se va a celebrar la segunda edición de ‘1m2 por las playas y los mares’ creada desde el Proyecto LIBERA de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes. Se trata de una campaña participativa para realizar ciencia ciudadana en la que, además de recoger la basuraleza de estos entornos, se lleva a cabo una caracterización de los residuos recogidos.
El objetivo es recoger datos para conocer el volumen, cantidad y tipología de las basuras flotantes y depositadas en las playas, con el fin de plantear estrategias más eficientes y efectivas para acabar con la basuraleza. Para ello se emplea la aplicación móvil MARNOBA, desarrollada por la Asociación Vertidos Cero y KAI Marine Services, una plataforma que recopila, almacena y muestra información sobre las basuras marinas de las costas españolas. De esta forma se consigue información que permite adquirir un conocimiento de la tipología de residuos que aparecen en el medio marino, sobre su origen y vías preferentes de transporte y deposición. Los datos obtenidos en esta campaña de ciencia ciudadana se integran en la base de datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
Desde hoy hasta el 24 de septiembre cualquier organización, asociación o entidad pueden registrarse a través de la pagina web proyectolibera.org y crear puntos de recogida de basuraleza en playas y mares.
A pesar de que el terreno en el que la ciencia y la comunidad internacional han avanzado más es en el impacto de la basuraleza en los mares y océanos, sobre todo en relación a la vida silvestre, aun queda mucho por hacer. Según diferentes estudios, la presencia mayoritaria de materiales plásticos compone el 80% de la basuraleza marina. Aproximadamente el 40% de estos residuos son restos de cuerdas, redes y otros desechos vinculados a la actividad pesquera. Un 20% está compuesto por fragmentos de plástico, otro 17% son envoltorios y objetos; y un 11%, microplásticos, el componente de la basuraleza que más preocupa a la comunidad científica, junto a los nanoplásticos.
Si se atiende a los estudios realizados a pie de costa, la presencia de plástico sigue siendo mayoritaria (bolsas, envoltorios…) pero entran con fuerza otros agentes como las colillas de cigarro. Se calcula que, de los casi 6 billones de colillas que se producen al año, 4,5 billones acaban formando parte de la basuraleza produciendo un grave impacto, ya que se estima que cada colilla puede llegar a contaminar hasta ocho o 10 litros de agua; y hasta 50 litros si es agua dulce. Además su efecto contaminante puede durar entre 7 y 12 años, e incluso según algunos expertos puede llegar hasta los 25 años.
“Estamos ante un grave problema que requiere responsabilidad de todos los agentes implicados. Una forma indudable de caminar hacia un cambio de modelo que se base en la generación de residuos cero es incidir en la educación de la sociedad. Debemos evitar que cada año ocho millones de toneladas de residuos terminen en el mar afectando a la salud de nuestro patrimonio natural y poniendo en riesgo la supervivencia de nuestros recursos naturales”, afirma Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife. “Por eso, animamos a que en la segunda edición de esta campaña de ciencia ciudadana haya muchos aliados para acabar con la basuraleza”.
Por su parte, Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes, señala que “nuestros mares no pueden convertirse en vertederos donde se abandonan y tiran residuos sin ningún tipo de responsabilidad. Solo tenemos un planeta, y la basuraleza marina- como la del resto de ecosistemas- es una amenaza y un problema que requiere de conocimiento – para poder prevenir hay que conocer- y de la implicación de toda la sociedad que haga posible un cambio de conducta y de hábitos”.