El El exministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, se ha alzado este año con el Premio Atila, mientras que la multinacional petrolera Repsol ha sido distinguida con el Caballo de Atila. Los galardones, que Ecologistas en Acción concede tradicionalmente en vísperas del Día del Medio Ambiente, distinguen a personas o instituciones que muestran especial empeño en la destrucción del entorno y la naturaleza.
Arias Cañete se va a Bruselas con un merecido galardón bajo el brazo. Ha sido protagonista del desmantelamiento de buena parte de la legislación ambiental española y un gran defensor de la mercantilización de la naturaleza en aras del desarrollo económico peor entendido. El jurado ha valorado especialmente su papel en la elaboración de la nueva Ley de Costas, que desprotege buena parte del litoral y sus valores naturales. También ha tenido en cuenta la creación de los Bancos de Conservación, que invitan a comerciar con los valores ambientales como si fueran cromos.
En su periodo como ministro también contribuyó a la reforma del Decreto de Especies Exóticas, que consiente la introducción de especies que pueden suponer unos graves problemas ambientales, pero que generan beneficios a empresas dedicadas a la peletería, caza o pesca. Y nunca defendió el medio ambiente frente a otros ministerios, como el de Industria, en su apuesta por las energías sucias y contra las renovables.
Por todo ello, el jurado y las votaciones populares se decantan por Arias Cañete, esperando que el político reciba orgulloso un premio que lleva el nombre de otro varón de gran superioridad intelectual: Atila, el rey de los hunos
La multinacional Repsol también se ha ganado a pulso una distinción. A esta le corresponde el premio Caballo de Atila, aquel que por donde pasaba no crecía la hierba. La corporación parece empeñada en arrasar tierra, mar y aire, promoviendo un modelo energético basado en energías supercontaminantes y peligrosas. La presión que Repsol ejerce sobre el Gobierno, ha permitido que este autorizara la semana pasada los sondeos previos a las prospecciones petrolíferas en Canarias. Buscar petróleo bajo el mar pone en serio peligro ecosistemas marinos y litorales y pasa por alto la voluntad de la inmensa mayoría de la población.
Repsol ha recibido además esta semana su primer gran cargamento de crudo de arenas bituminosas provenientes de Canadá. Para extraerlo se devastan tierras, dejan lagos tóxicos, desplazan poblaciones y además emite un 23 % más de dióxido de carbono que los petróleos convencionales. Repsol es además una de las empresas que, junto con Cepsa, presiona para rebajar los estándares de detección de fugas de hidrocarburos en tanques de gasolineras, lo que supone un gravísimo problema para nuestros acuíferos.
Al igual que otros años, el jurado expresa su esperanza en que la concesión de estos premios llame a la reflexión a los premiados sobre el deterioro ambiental que sufre nuestro planeta, y cambien radicalmente su actitud.
Paco Segura | Ecologistas en Acción