Una gran parte de las obras de emergencia realizadas en la cuenca del Ebro, tras las inundaciones de 2015, han ocasionado un grave impacto sobre los ecosistemas de ribera. En el Día Mundial del Agua, Amigos de la Tierra denuncia esta situación y señala que existen medidas más adecuadas para abordar el problema. Bajo el amparo del “Real Decreto-Ley 2/2015, por el que se adoptan medidas urgentes para reparar los daños ocasionados por las inundaciones y otros efectos de los temporales de lluvia, nieve y viento acaecidos en los meses de enero, febrero y marzo de 2015” se han realizado 44 actuaciones en el conjunto de la cuenca del Ebro, muchas de ellas de dudosa utilidad.
La organización ecologista indica que en ocasiones las acciones se han efectuado en espacios contemplados en la Red Natura 2000, impactando muy negativamente en especies animales o vegetales en peligro de extinción; a pesar de que los informes ambientales de las administraciones competentes en medio ambiente dijeran lo contrario.
Una vez pasados los episodios de los meses de enero, febrero y marzo de 2015, en los cuales se produjeron inundaciones en diversos puntos de la cuenca del Ebro, la Confederación Hidrográfica del Ebro bajo el amparo del Real Decreto, se puso manos a la obra. Se ha realizado una inversión de más de 24 millones de euros en ejecutar la misma gestión del territorio de siempre; más motas (elementos de contención), defensas y acciones duras para evitar que las crecidas del Ebro y sus afluentes afectaran a las fincas colindantes. Una gestión que no resuelve el problema, sino que impacta sobre los ecosistemas de los ríos, cuando existen medidas más eficaces y respetuosas con el medio.
La Confederación Hidrográfica del Ebro, al igual que muchas instituciones, considera los cursos fluviales como una fuente de agua para abastecimientos y regadíos pero no se ha avanzado con una visión más amplia al cabo de los años, en la que se contemplen los ríos como un ecosistema.
La gestión de los cursos fluviales debe dar un paso hacia delante con medidas más avanzadas:
– Deslinde inmediato de riberas sobre todo en las zonas más susceptibles de inundarse.
– Ordenación del territorio planificando de otra forma actividades, como granjas de cerdos en zonas inundables, o cultivos que se pueden ver muy afectados por las inundaciones.
– Eliminación de motas, elementos de contención.
– Y otras medidas en la misma línea.
En definitiva la devolución de los ríos a su territorio. Esta devolución puede ser ordenada recuperándose de forma gradual los ecosistemas de ribera, que en muchas ocasiones son los únicos espacios naturales de interés de muchas comarcas. En el día mundial Amigos de la Tierra exige a la Administración una política activa de conservación y recuperación de nuestros espacios naturales.
Juan Donaire | Amigos de la Tierra