El proyecto LIFE Olivares despierta el interés de los agricultores andaluces por conservar la biodiversidad
El proyecto finaliza su quinto año de desarrollo, marcado por el gran interés despertado entre los agricultores: más de 500 olivareros se han interesado en la certificación Olivares Vivos, que estará lista a partir de la primavera de 2021.
Las circunstancias sociosanitarias de 2020 han obligado a replantear, en parte, la hoja de ruta del proyecto LIFE Olivares Vivos, ya que el encuentro con los olivareros, distribuidores o consumidores en múltiples ferias repartidas por muchos lugares de España y de Europa ha tenido que suspenderse o realizarse de manera telemática. Pero esto no ha impedido trabajar para lograr ese contacto con el sector olivarero, con el fin demejorar su rentabilidad restaurando la biodiversidad.
Este contacto con quienes cultivan la tierra ha despertado ya el interés de más de medio millar de olivareros que han manifestado su interés en la conversión de sus olivares en Olivares Vivos. Un compromiso que supone ciertos cambios en la gestión de las fincas, para recuperar la flora y la fauna que tradicionalmente ha acompañado a este cultivo, con el aliciente principal de obtener una diferenciación en el mercado que les garantice más rentabilidad.
La Red de Municipios por los Olivares Vivos ha crecido hasta alcanzar los 61 pueblos y ciudades en toda Andalucía y se han continuado las labores educativas, formativas y de restauración de la biodiversidad
Esta red que desde que se creó en 2017 no ha parado de crecer, incorporando cada año a nuevos pueblos y ciudades que apuestan de manera clara por la biodiversidad en el olivar.
Pero no solo este hito ha marcado el proyecto en 2020. En febrero, un día antes del 40 aniversario del Día de Andalucía, se celebró la I Jornada conmemorativa de la Red de Municipios por los Olivares Vivos.
Esta jornada estuvo encabezada por el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, y la presidenta de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), Ana María Romero. Al acto asistieron los alcaldes de los municipios que forman parte de la Red, quienes posteriormente plantaron ejemplares de arbustos autóctonos en el olivar divulgativo que el proyecto gestiona en el Parque Científico y Tecnológico de Geolit.
Además, durante el mismo evento, se abrió la red al conjunto de la región, ya que en su fase piloto se había circunscrito a Jaén, siendo los primeros municipios de fuera de esta provincia en rubricar su adhesión los deBaza (Granada), Cabra (Córdoba) y Cuevas del Becerro (Málaga).
El sello de la biodiversidad para los Olivares Vivos
Otro de los hitos de 2020 tuvo lugar en junio: la presentación de las 15 marcas de aceite procedentes de los olivares demostrativos participantes en el proyecto LIFE Olivares Vivos, así como de su sello distintivo que tiene como icono a la lechuza común, una de las aves más simbólicas del olivar tradicional.
“En la fase final del proyecto comenzamos a recoger los frutos del gran esfuerzo realizado por parte de olivareras y olivareros y de todos los socios participantes en esteLIFE. Tras un riguroso trabajo de investigación y seguimiento, se ha podido comprobar que Olivares Vivos es un modelo de olivicultura que funciona, que rescata biodiversidad, que no disminuye la productividad y que es rentable. Muchos olivicultores ya lo saben y están dispuestos a ello. Ahora, sólo falta que los consumidores aprecien y valoren este valor añadido, para lo cual, tienen que conocerlo”, afirma José Eugenio Gutiérrez, coordinador del proyecto LIFE Olivares Vivos y delegado de SEO/BirdLife en Andalucía.
Añade: “Estamos realizando un esfuerzo para transmitir a la ciudadanía la contribución de estos AOVE a la conservación de la naturaleza y su aval científico. No en vano, los AOVE Olivares Vivos serán el primer producto agroalimentario con una aportación científicamente certificada a la conservación de la biodiversidad”.
Recuperar la vida del olivar
También, en este año han continuado las acciones de recuperación de la biodiversidad en los olivares, como las llevadas a cabo por el voluntariado ambiental que se realizó en los primeros meses del año.
Por otro lado, varios ejemplares de mochuelo, cernícalo vulgar y lechuza común, procedentes de diversos centros de recuperación, acabaron su recuperación en la “casa de vida” de uno de los olivares demostrativos, un antiguo transformador eléctrico rehabilitado para la cría campestre de aves en recuperación. En estas instalaciones, las aves fueron alimentadas durante varias semanas, con la mínima presencia humana, hasta que alcanzaron el desarrollo adecuado para ser independientes y vivir en completa libertad.
Educación y formación en escuelas
Así mismo, han llevado a cabo nuevas acciones con escolares en las que han aprendido acerca de temas esenciales como la polinización o las ventajas de la cubierta herbácea en los cultivos. Unas actividades que se acompañaron de nuevas visitas a colegios, así como con la convocatoria del premio de cuentos “Quédate en el nido”, en el que participaron niños y niñas de toda España y del que se han editado los relatos ganadores. Por, ultimo, bajo este prisma artístico también se convocó el I Premio de Fotografía Olivares Vivos, destinado a retratar la vida silvestre en torno a este cultivo milenario.
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