Se acaba de conocer que el 5 de julio pasado un helicóptero disparó e hizo explotar la choza donde vivían unos 80 yanomami de la comunidad Irotatheri. Según han confirmado varios testigos, parece claro que la matanza fue perpetrada por los garimpeiros (mineros del oro ilegales brasileños) que explotan dos minas de oro en la zona.
Los Yanomami constituyen una de las comunidades indígenas aisladas más numerosas de Sudamérica, viven en la selva y montañas del norte de Brasil y sur de Venezuela. En Brasil, su territorio ocupa el doble de la superficie de Suiza y en Venezuela cubre 8,2 millones de hectáreas del Alto Orinoco. En total, las dos regiones forman el mayor territorio selvático indígena del mundo. El lugar de la tragedia se encuentra a seis semanas de camino a pie de Parima, el núcleo poblado más cercano; ninguna delegación oficial ha logrado aún llegar allí para verificar lo ocurrido.
Los garimpeiros son mineros que explotan los yacimientos de oro de la selva utilizando mercurio, un método extremadamente contaminante. El oro contenido en los sedimentos se amalgama con mercurio, que luego se calienta para hacerlo evaporar al aire libre sin ninguna precaución, dejando que los vapores envenenen el aire de estas zonas. A esta práctica insalubre se añaden los asesinatos de indios y el secuestro de sus mujeres. La alternativa a este sistema es utilizar retortas para la destilación de mercurio, un método que evita la dispersión de los vapores tóxicos y permite recuperar el mercurio para posteriores usos.
De todos modos, las ONG brasileñas son contrarias a la minería del oro en sí, llevan años pidiendo planes de desarrollo limpio para la región y están trabajando en ello con las autoridades de Brasilia. Ecologistas en Acción condena estos atropellos criminales y apoya la implantación de planes de desarrollo sin mercurio.
Leticia Baselga | Ecologístas en Acción