El próximo lunes, 22 de abril, se celebra el Día de la Tierra, con un planeta en emergencia climática, sobreexplotado y con riesgo de colapso en muchos de sus ecosistemas. Por eso, hacer balance del estado de la Tierra en una fecha como ésta no es fácil pero Greenpeace quiere poner el foco, en este día, en algunos de los retos prioritarios a los que nos enfrentamos:
- 2023 fue el año más cálido registrado, y también lo ha sido el último periodo de diez años. La emergencia climática es más grave y urgente que nunca: se están batiendo récords de temperaturas de la superficie terrestre, calor y acidificación de los océanos, aumento del nivel del mar, pérdida de hielo marino de la Antártida y retroceso de los glaciares.
- Un millón de especies están al borde de la extinción.
- Desaparece la biodiversidad global mil veces más rápido que si ocurriera naturalmente.
- El 66% de los mares muestra una alteración severa por el impacto humano, lo que está provocando el declive en la cantidad y diversidad de vida marina. Sólo el 1% de las aguas internacionales están protegidas.
- España se enfrenta cada vez más a un proceso de desertificación con sequías más intensas y frecuentes y, al menos, el 30% de las estaciones que controlan el agua subterránea y el 50% de las del agua superficial están contaminadas.
- Según Naciones Unidas, habrá un aumento mundial de los incendios extremos de (50 % para finales de siglo) y la Región Mediterránea es una de las zonas calientes.
- Con el actual ritmo de producción y consumo, necesitaríamos tres planetas para saciarlo. Generamos enormes residuos pero el reciclaje de envases no alcanza el 50% y el reciclaje textil el 21%.
- La demanda energética global creció entre 2012 y 2022 un 16%, cubriéndose principalmente por carbón, petróleo y gas fósil.
Por todo ello, este año será de suma importancia la COP 16 para la biodiversidad (CBD), un foro internacional donde los gobiernos deben tomar medidas contundentes para proteger y restaurar la biodiversidad como elemento clave que nos ayuda a la lucha contra el cambio climático.
“Cada minuto que pasa, se hace más difícil garantizar la sostenibilidad de la vida en la Tierra, cuyos límites planetarios están traspasados. Las amenazas continúan alimentadas por un modelo socio-económico devastador. Es el momento de que la sociedad civil organizada provoque un golpe de timón hacia futuros alternativos basados en el bien común y más allá del crecimiento económico”, resume Eva Saldaña, Directora Ejecutiva de Greenpeace España.
El Día de la Tierra se celebra desde 1970, cuando 20 millones de personas en Estados Unidos salieron a las calles a protestar por lo que consideraban una crisis ambiental: derrames de petróleo y aumento de la contaminación del aire y los ríos. Desde entonces, gracias al trabajo de numerosas ONG y movimientos sociales, de científicos y científicas, y con el apoyo de buena parte de la sociedad, se han aprobado numerosas normativas que han ido protegiendo los ecosistemas y las especies de la Tierra. Por eso seguimos siendo optimistas y queremos destacar también las señales que muestran que es posible un cambio:
2024 puede ser el primer año en que las emisiones mundiales empiecen a bajar estructuralmente (sin ser por una crisis como la pandemia).
La histórica sentencia del Tribunal Europeo de DDHH sobre el caso de las KlimaSeniorinnen, ha condenado por primera vez a un Estado por no proteger a su población frente al cambio climático, lo reconoce como derecho humano y es aplicable a todos los países del Consejo de Europa, entre ellos España.
Tras años de negociaciones climáticas, la COP celebrada en 2023 por primera vez pidió a los países que acometan una transición para dejar atrás los combustibles fósiles.
Casi 150.000 personas están pidiendo un abono único asequible, válido para todos los medios de transporte público en todo el país, siendo el transporte el sector que más contribuye al cambio climático.
La revolución renovable sigue avanzando: más de la mitad de la electricidad en España ya se produce con renovables. El uso global de energía renovable aumentó en un 58% entre 2012 y 2022.
“Vemos cada vez más iniciativas ciudadanas rompiendo los moldes del sistema, moviéndose a contracorriente, poniendo la vida en el centro, con voluntad de cooperar y cuidar nuestra interdependencia y ecodependencia, de proteger lo común y los derechos básicos. Hay muchos motivos para que nos entusiasme el reto de proteger el planeta y muchas vidas: las nuestras, las de otros seres vivos y las de los que vendrán”, concluye Saldaña.
Marta San Román | Greenpeace