Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF reclaman al Gobierno autonómico que vele por el interés general e ignore a quienes quieren hacer creer que es posible explotar aún más los acuíferos manchegos para regar.
Las asociaciones de defensa del medio ambiente Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF muestran su preocupación y desacuerdo con quienes desde el sector agrario y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha defienden que es posible incrementar el regadío en La Mancha sobreexplotando los acuíferos subterráneos. Las recomendaciones científicas sobre las consecuencias del cambio climático en la península Ibérica aconsejan cerrar regadíos para garantizar el abastecimiento a la población y las demandas ambientales de los ecosistemas acuáticos.
Según las organizaciones ecologistas estos planteamientos se apoyan en un presunto desconocimiento de los acuíferos de esta comarca, un supuesto incremento del volumen de agua almacenada en los mismos y la existencia de otras reservas de agua en niveles más profundos. Una realidad, alejada del actual conocimiento científico y técnico, que ignora la insostenibilidad del modelo agrario que se ha desarrollado en este territorio, e imposibilita el mantenimiento de los valores naturales de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda y del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel.
La realidad de La Mancha Húmeda es que la extracción de agua de los acuíferos para intensificar la actividad agrícola mantiene colapsado todo el sistema de aguas subterráneas del territorio, con acuíferos sobreexplotados y una dramática desconexión de las aguas subterráneas con las superficiales. Las Tablas de Daimiel son el termómetro de esta situación. La sobreexplotación que actualmente siguen sufriendo los acuíferos ha secado ríos y humedales, ha hecho desaparecer parte de un Parque Nacional, hoy dependiente de una presa y de aportaciones artificiales, y ha conllevado la pérdida de decenas de humedales manchegos y más de la mitad de la superficie de este ecosistema.
En el caso del sistema de masas de agua subterránea de La Mancha Occidental, el Plan Hidrológico del Guadiana establece que su buen estado depende de que el nivel de aguas freáticas alcance la superficie en los Ojos del Guadiana y de que estos aporten 35 hm3 al año a las Tablas de Daimiel. Para alcanzar este objetivo en 2027, tal y como exige la normativa europea, están limitadas las extracciones por explotación en los acuíferos del Alto Guadiana.
Como ya apuntaron las asociaciones ecologistas, la situación de las Tablas de Daimiel en el periodo 2010-2013 fue un espejismo producido por un extraordinario periodo de lluvias tras el que los niveles freáticos han bajado de nuevo y los Ojos del Guadiana vuelven a estar secos.
En ese periodo apenas 4 hm3/año llegaron al parque nacional por el cauce del Guadiana. Y, sin embargo, ahora el nivel freático está a nueve metros del necesario para que afloren los caudales ambientales necesarios. Por ello la Confederación del Guadiana ha reconocido que todas las masas de agua subterránea de este sistema (Mancha Occidental I, Mancha Occidental II, Rus Valdelobos, Consuegra-Villacañas, Lillo-Quintanar y Altomira) están en mal estado, información igualmente ratificada por el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife y WWF denuncian que las extracciones del regadío han producido la sobreexplotación de más de 200 acuíferos en toda España, entre ellos los del Alto Guadiana. Ello es debido a los pozos ilegales y la concesión de derechos de agua por la Administración muy por encima de las dotaciones disponibles y de los recursos renovables del acuífero. En concreto, hasta 2015 en el acuífero 23 se concedieron más de 700 hm3 de derechos sobre el papel, cuando los recursos que se ofrecen a la agricultura son 200 hm3 y cuando solo 100 hm3 más quedan disponibles para otros usos y para fines medioambientales, ya que los recursos renovables anuales no llegan a 300 hm3 de media.
Ante este escenario resulta imprudente hacer creer que es posible aumentar la sobreexplotación de las aguas subterráneas para abastecer nuevos regadíos en La Mancha y obstaculizar la propia planificación hidrológica y el cumplimiento de la normativa europea. En lugar de generar nuevas expectativas inalcanzables, lo que es necesario y urgente es regular y reducir las extracciones y restablecer el funcionamiento de todo el sistema hídrico de La Mancha.
Miguel Ángel Hernández
Julio Barea
Agustín Carretero