Gustavo Colmena, técnico del programa de bosques de WWF España, explica las causas de este círculo vicioso y propone distintas soluciones al respecto.
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Tras dos intensas olas de calor en julio, siendo éste mes el más caluroso a escala global desde que existen registros, actualmente nos encontramos ya en la tercera. Esta situación, combinada con las sequías persistentes y el decaimiento de los bosques, crean la “tormenta perfecta” para que el riesgo de incendios forestales sea realmente preocupante, especialmente en el Mediterráneo.
El Informe “Incendios forestales 2023: Incendios extremos e inapagables”, publicado por WWF España el pasado mes de julio, pone de manifiesto la evidencia de que los efectos del cambio climático hacen que los periodos de máximo riesgo de incendio sean cada vez más amplios y no se ciñen exclusivamente a los meses de verano, sino que estas condiciones que ahora consideramos extremas serán normales en el futuro.
Bosques al límite, emergencia climática
Se trata de un problema que avanza a dos ritmos distintos: a corto plazo, por la falta de humedad del suelo y de la vegetación que hace que, en caso de incendio, las llamas avancen más rápido; y a largo plazo, por el debilitamiento de los bosques a causa de suelos sin reservas hídricas. A su vez, estos incendios liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático y contribuyen a futuras olas de calor y periodos de sequía más largos y extremos. WWF recuerda que nuestros bosques están al límite y que su colapso puede llevarnos a una pérdida de biodiversidad enorme, aumentando la emergencia climática.
Otros factores que agravan la situación son el despoblamiento y envejecimiento rural, el abandono de los usos agrarios tradicionales, la baja remuneración de los productos forestales, la escasez de aprovechamientos forestales y la ausencia de políticas serias que gestionen el territorio. Todo ello se resume en una desatención del paisaje que lo agota y deja sin recursos para defenderse ante el fuego.
Para romper este círculo vicioso, WWF España considera que es necesario abordar el cambio climático de forma integral, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, apostando por prácticas de gestión forestal sostenible y desarrollando estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático. Por todo ello, la organización pone de manifiesto que cada vez es más necesaria una Estrategia Estatal de Prevención Integral de Incendios Forestales que transforme el territorio.