La colisión contra líneas eléctricas aparece como la principal causa de ingreso en los CRF, con cerca de un 40% del total. La segunda es la captura ilegal de ejemplares (que incluye el expolio de nidos y el mantenimiento ilegal de ejemplares silvestres en cautividad), con más de un 20%. Otras causas significativas son la electrocución y el atropello, ambas con aproximadamente un 8%, los envenenamientos e intoxicaciones y la colisión con aerogeneradores, con cerca de un 5%, y los disparos ilegales, con más de un 3%.
Por primera vez, se analizan en España las principales causas de mortalidad no natural de aves. La ONG conservacionista SEO/BirdLife ha analizado los registros de los Centros de Recuperación de Fauna (CRF) de todas las comunidades autónomas entre 2000 y 2018. Con 272.655 registros analizados, el informe concluye que las actividades humanas están detrás del 40,5% de las muertes de aves. La principal causa de muerte no natural, casi un 40% del total, son las colisiones con tendidos eléctricos, seguida por la captura ilegal de ejemplares para su cría en cautividad, que suman más de un 20% de los casos. Las electrocuciones, atropellos en carreteras, el uso de veneno, la colisión en aerogeneradores y, por último, el furtivismo completa esta lista.
Los datos de mortalidad que se registran en los CRF responden a las aves muertas o heridas que encuentran particulares o las autoridades que trabajan en el campo, como es el caso de los miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) o los agentes ambientales de las distintas comunidades autónomas. Estos registros reflejan, por tanto, una parte pequeña de la mortalidad real, pero permiten, aplicando una modelización matemática, realizar una estima de la mortalidad real de aves por causas no naturales en España. El modelo ofrece una horquilla amplia: entre los 25 millones y 100 millones de ejemplares al año.
“Incluso tomando como referencia la cuota baja de la horquilla, la cifra impresiona: cada año, las infraestructuras que instalamos en el medio natural y las actividades que desarrollamos en el campo, algunas de ellas prohibidas por la ley, están detrás de la muerte de al menos 25 millones de aves. Y lo cierto es que, en muchos casos, se trata de cuestiones subsanables, como es el caso de las colisiones o la electrocución en tendidos eléctricos. Este informe muestra, una vez más, que mejorar la protección de la biodiversidad está al alcance de nuestra mano: de las administraciones, de las empresas y sectores y de todos nosotros, cuando salimos al campo o aprovechamos los recursos naturales”, señala la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz
“Para conocer el orden de magnitud de cada una de las causas de ingreso y por tanto de las diferentes amenazas que están afectando a las poblaciones de aves, hemos tenido en cuenta cuestiones como el tamaño poblacional relativo de las diferentes especies, sus áreas de distribución, y lo que es más importante las tasas de desaparición de cadáveres en el medio natural y las tasas de detección de los individuos”, apunta uno de los autores del informe y responsable de Especies en SEO/BirdLife, Nicolás López-Jiménez.
Son precisamente las especies protegidas y amenazadas las que mayoritariamente ingresan en los CRF. El 22,66% de los registros, 77 especies, son especies que están incluidas dentro de las categorías de mayor riesgo de extinción en el Libro Rojo de las Aves de España, que recopila la última información sobre el grado de amenaza de cada especie. Si atendemos a la protección legal, las especies afectadas también son mayoría. En concreto el 64,82% de los registros corresponden a taxones que están incluidos en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) y un 6,78% a especies que las administraciones públicas consideran oficialmente amenazadas y, por tanto, incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA). De ellas, una de las que más registros acumula es el Ave del Año 2023, el aguilucho cenizo, pero también se han identificado ingresos de águila imperial, milano real o el arao común.
Si atendemos al grado de amenaza según el Libro Rojo, destacan las cifras de cernícalo vulgar (En Peligro), que presenta una tasa de más de 1.000 registros/año, lo que, en parte, podría ayudar a entender el grave declive sufrido por esta especie durante los últimos años. Por encima de 100 registros año aparecen dos especies incluidas en el Libro Rojo como En Peligro (pardela cenicienta mediterránea y milano real) y cuatro especies como Vulnerables. Entre 10 y 100 registros/año figuran una especie En Peligro Crítico (arao común), siete En Peligro (águila imperial ibérica, martín pescador común, alcotán europeo, grajilla occidental, codorniz común, petrel de Bulwer y aguilucho pálido) y 10 Vulnerables. Entre 1 y 10 registros/año se cuentan nueve especies En Peligro Crítico, 15 En Peligro y 10 Vulnerables. Por debajo de un registro/año figuran cinco especies catalogadas como En Peligro Crítico, seis En Peligro y otras seis Vulnerables.
La información, que hasta el momento no había sido recopilada en una única base de datos, ha sido recabada por SEO/BirdLife en el marco del proyecto LIFE Guardianes de la Naturaleza a partir de dos peticiones de información ambiental dirigidas a las comunidades autónomas sobre registros de ingreso en dichos CRF. La primera referida al periodo 2000-2011 y la segunda a 2012-2018.
Cuántas y qué especies ingresan en los CRF de España
348 especies han ingresado en 10 años en los CRF por causas humanas. Por especies, la lista está encabezada por el jilguero europeo (11.732 registros), seguido del cernícalo vulgar (10.167), el busardo ratonero (8.608), el buitre leonado (7.426), gaviota patiamarilla (7.196), el vencejo común (6.266) y el búho real (6.215).
Dependiendo de variables como su fenología o el interés comercial que despierta la especie, entre otros, hay causas no naturales que afectan más a unas especies que otras. Así, para 34 de las especies con más registros la principal causa de ingreso en CRF son las lesiones compatibles con una colisión contra una línea eléctrica. Entre ellas, resaltan el cernícalo vulgar, el vencejo común, el búho real, la gaviota patiamarilla o la cigüeña blanca. Para otras ocho (jilguero europeo, verderón común, pardillo común, pinzón vulgar, cuervo grande, serín verdecillo, zorzal común y petirrojo europeo), el principal factor es la captura ilegal.
Las electrocuciones afectan especialmente al búho real, culebrera europea y águila real. Para el milano real y la gaviota reidora, la principal causa es el envenenamiento o la intoxicación. Los aerogeneradores, por su parte, son el principal peligro no natural para los buitres leonados y los atropellos, principalmente con maquinaria agrícola, representan la principal causa para el aguilucho cenizo. Hay un factor añadido: la contaminación lumínica, que es la principal causa de muerte no natural de una especie amenazada: pardela cenicienta mediterránea.
Debido a que los ejemplares que ingresan vivos o muertos a los CRF son solo una pequeña muestra de los animales que en realidad se ven afectados por las diferentes causas de mortalidad, se ha elaborado una estima para poder establecer unas cifras más realistas sobre la magnitud del problema y poder tener unos datos aproximados sobre la mortalidad real, que se establece entre 25.545.881 y 100.113.662 ejemplares de aves al año. .
¿Cuándo se registra mayor mortalidad y cómo evoluciona?
Respecto a la evolución mensual de los datos a lo largo del año, se observa un incremento de los ingresos en el periodo estival (entre junio y agosto) que se puede deber a tres factores: la mayor presencia de público en el medio natural, que deriva en un mayor número de hallazgos casuales, la presencia de ejemplares juveniles y pollos volantones, más proclives a sufrir accidentes, y la apertura de la media veda, que puede estar en el origen de muchos ingresos por disparo.
En cuanto a la fluctuación de los ingresos en los CRF, los resultados presentan importantes cambios, con aumentos en los periodos 2008-2011 y 2014-2016, y descensos en los restantes. En conjunto, los registros anuales se han incrementado un 66,41% en el periodo analizado (2008-2018).
Según David de la Bodega, responsable del Programa Legal de SEO/BirdLife, “El estudio muestra la esencial labor que cumplen, junto con las diversas policías ambientales, los CRF españoles en el cuidado y seguimiento de la fauna silvestre, lo que ha permitido analizar, a partir de sus registros, muestras de gran tamaño, de zonas geográficas extensas, de un elevado número de especies o grupos de especies y de un amplio periodo de tiempo, que perfilan un mapa para conocer qué está matando a distintas especies de aves. Y añade, “este estudio es un documento de referencia para guiar las actuaciones de las distintas entidades encargadas de su conservación, así como para establecer y priorizar las medidas necesarias para impedir la muerte de millones de ejemplares de avifauna todos los años debido a actividades humanas”.
LIFE Guardianes de la Naturaleza
El proyecto Guardianes de la Naturaleza, contra el Crimen Ambiental, financiado por el programa LIFE de la Unión Europea, pretende mejorar la efectividad y la eficacia de las acciones dirigidas a combatir los delitos contra la naturaleza.
Está coordinado por SEO/BirdLife y cuenta con la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, la Sociedade Portuguesa para o Estudo das Aves (SPEA), y el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Dirección General de la Guardia Civil, como socios beneficiarios. Los cofinanciadores son la Dirección General de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Canarias y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).