Una investigación, publicada por las organizaciones Greenpeace Internacional, Milieudefensie y Harvest (y apoyada por 18 organizaciones ambientales), revela que, desde la firma del Acuerdo de París, en 2015, los bancos europeos han prestado alrededor de 256 mil millones de euros a empresas que ponen en riesgo bosques, sabanas y otros ecosistemas naturales críticos para el clima y la biodiversidad.
La investigación, basada en datos recopilados por el centro de investigación independiente Profundo, pone el foco en la relación entre las instituciones financieras y grandes empresas internacionales – como JBS, Bunge, Cargill o Sinar Mas – que son importantes productores, procesadores y comerciantes mundiales de soja, carne de vacuno, aceite de palma, caucho, madera y otras materias primas. La actividad de estas grandes empresas está fuertemente vinculada con la deforestación y conlleva un alto riesgo de destrucción de ecosistemas. El informe concluye que la UE es el segundo mayor centro financiero del mundo en cuanto a financiación de estos sectores de riesgo para los ecosistemas, debido a la destrucción de la naturaleza.
“La UE, que tiene una gran opinión de sí misma en cuanto a la protección del clima y la naturaleza, mira para otro lado cuando sus entidades financieras invierten dinero en empresas vinculadas a la destrucción masiva de la naturaleza y a la vulneración de los derechos humanos. No podemos luchar contra la crisis climática y la pérdida de biodiversidad y, al mismo tiempo, financiar la destrucción”, ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de bosques en Greenpeace España.
El informe muestra que algunos de los bancos más grandes con sede en la UE, como BNP Paribas, Deutsche Bank, ING Group, Rabobank y Santander, proporcionaron, entre 2016 y principios de 2023, un asombroso 22,1% del crédito total a nivel global a grandes empresas de sectores cuya actividad suponen un alto riesgo de destrucción de la naturaleza. La gran mayoría (86,6%) de este crédito provino de bancos con sede en Francia, Países Bajos, Alemania y, también, España. Los bancos, fondos de pensiones y gestores de activos, con sede en la UE, también proporcionan el 9,4% de las inversiones globales actuales a sectores de riesgo natural.
La responsabilidad del Banco Santander
El informe incluye el análisis del papel de instituciones financieras con sede en España, como los bancos Santander, BBVA o Caixabank. Las cifras ascienden a una estimación de 29.600 millones de dólares (27.200 millones de euros) en crédito, desde 2016, y a 1.100 millones de dólares (1.000 millones de euros) en inversiones. Estas cifras convierten al sector financiero español en el cuarto mayor proveedor de crédito y el décimo mayor inversor en estos sectores entre los miembros de la UE, y el décimo mayor en crédito en el mundo (25º en inversión).
Respecto al Banco Santander, esta entidad es el sexto proveedor de crédito, con sede en la UE, para grandes grupos empresariales activos en sectores de riesgo, proporcionando, desde 2016, crédito por valor de 21.300 millones de dólares e inversión por valor de 255 millones de dólares. El Santander financió a cinco de los seis grupos empresariales con vínculos directos (o en su cadena de suministro) con la reciente destrucción de ecosistemas. En concreto Bunge, Cargill, JBS, Marfrig y Sinar Mas. En el caso de la empresa cárnica Marfrig, el Banco Santander fue el mayor proveedor de crédito entre los bancos de la UE.
“Los objetivos de descarbonización del Santander y su compromiso de conseguir cero emisiones netas en 2050 son incompatibles con la actividad destructiva de su actual cartera de clientes”, ha recordado Soto. “Es un fraude la actual estrategia del banco, consistente en calcular su huella de carbono sin tener en cuenta la ingente cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la deforestación provocada por sus clientes”.
Legislación contra la deforestación
El reglamento de la UE sobre deforestación (EUDR), adoptado en mayo de 2023, pretende reducir el impacto del consumo de la UE, exigiendo a las empresas que importen y comercialicen sólo productos libres de deforestación. Sin embargo, la norma no incluye actualmente los flujos financieros que contribuyen a la destrucción de los ecosistemas.
La Comisión Europea ha establecido un calendario para revisar el papel de las finanzas en la deforestación y la degradación forestal y, si es necesario, presentar una propuesta legislativa para junio de 2025. Por este motivo, las organizaciones medioambientales y de derechos humanos instan a la UE a cerrar este vacío legal y detener los flujos financieros destinados a la destrucción de la naturaleza.
“La evidencia es fuerte y clara: los bancos europeos continúan financiando la destrucción de los bosques en todo el mundo por una suma de miles de millones de euros. Sin embargo, el sector financiero está excluido de la ley anti-deforestación de la UE, lo que socava los esfuerzos para enfrentar el cambio climático global y los objetivos de protección de la biodiversidad. Es hora de que la UE ponga freno a las instituciones financieras que están destruyendo el planeta” ha declarado Jaume Grau, de Ecologistas en Acción.
Miguel Ángel Soto, responsable de bosques en Greenpeace