Más de 100 líderes mundiales han reafirmado en la COP26 sus compromisos para detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para 2030, a través de la ‘Declaración de los líderes de Glasgow sobre bosques y uso del suelo’.
El anuncio se ha dado durante el tercer día de la COP26, la conferencia global de cambio climático más importante, la cual se está llevando a cabo en Glasgow, Reino Unido del 31 de octubre al 12 de noviembre.
Esta COP en particular será un espacio clave para que expertos y líderes de todo el mundo negocien salidas a la crisis climática, pues ocurre en un momento en el que la ciencia indica que, si no tomamos acción ya, las consecuencias serán catastróficas.
Madrid, 3 de noviembre de 2021. WWF recibe gratamente la noticia de la Declaración de los líderes de Glasgow sobre bosques y uso del suelo, firmada ayer por más de 100 Jefes de Estado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-26), y alienta la implementación urgente del compromiso. La Declaración se compromete a detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para 2030, de la mano de un desarrollo sostenible y de una transformación rural inclusiva. También promete $12,000 millones de dólares en fondos públicos para proteger y restaurar los bosques, junto con $7,200 millones de dólares de inversiones privadas.
Al respecto, Fran Price, Líder global de Bosques de WWF, dijo: “Los bosques brindan servicios ecosistémicos que son fundamentales para el bienestar humano, económico y social, pero continúan desapareciendo a un ritmo alarmante. El compromiso de más de 100 líderes mundiales de detener y revertir la deforestación y la degradación de la tierra para 2030 es bienvenido porque reconoce la importancia de los bosques y otros ecosistemas naturales. Ahora urge la implementación de esos compromisos y políticas para abordar los principales factores impulsores de la deforestación y la degradación forestal, incluso las actividades agrícolas y extractivas insostenibles, la tenencia de la tierra y la gobernanza y los flujos financieros. También debe incluir políticas más concretas, tanto en los países importadores como en los países productores, así como más financiación para la conservación de los bosques y la participación activa de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la toma de decisiones y el desarrollo de políticas”.
Para WWF, los gobiernos deben intensificar sus esfuerzos para mejorar la gestión de la tierra y los bosques con la promoción de la participación, la rendición de cuentas y la transparencia, y abordando los comportamientos corruptos. Esto incluye el seguimiento a la participación de los pueblos indígenas en los procesos nacionales e internacionales relevantes en la creación de los planes climáticos nacionales, y el fortalecimiento de capacidades en incidencia a los pueblos indígenas para promover la transparencia y el diálogo entre las comunidades y el gobierno. Las estructuras de gobernanza se deben diseñar con mecanismos de inclusión para garantizar que los pueblos indígenas y las comunidades locales, especialmente las mujeres y los jóvenes, participen en los procesos de revisión de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y en las propuestas de los pueblos indígenas y las comunidades locales incorporadas en las políticas públicas que afectan su territorio y sus medios de vida.
También se necesita proteger los bosques existentes, especialmente los paisajes forestales sin fragmentar y los ecosistemas no forestales asociados que son vitales para el almacenamiento y secuestro de carbono y para la conservación de la biodiversidad. Solo contando a los trópicos, estas áreas almacenan alrededor del 40% del carbono sobre el suelo que se encuentra en los bosques. Además, las reformas de las políticas agrícolas deben combinarse con la transformación del sistema alimentario para implementar enfoques que no dañen el medio ambiente y fomenten impactos positivos en la naturaleza y las personas.
WWF insta a los gobiernos a complementar los compromisos de uso de la tierra y los bosques anunciados en la COP26 con objetivos ambiciosos con plazos claros y un marco transparente para el seguimiento y la verificación de dichos objetivos.
No tenemos tiempo que perder. La implementación es clave para obtener resultados que aseguren un futuro positivo para la naturaleza.
Los compromisos de la Declaración incluyen:
- Conservar los bosques y otros ecosistemas terrestres y acelerar su restauración.
- Facilitar las políticas de comercio y desarrollo, a nivel internacional y nacional, que promuevan el desarrollo sostenible y la producción y el consumo sostenibles de productos básicos, que funcionen en beneficio mutuo de los países y que no impulsen la deforestación y la degradación de la tierra.
- Reducir la vulnerabilidad, aumentar la resiliencia y mejorar los medios de vida rurales, incluso mediante el empoderamiento de las comunidades, el desarrollo de un sector agrícola rentable y sostenible y el reconocimiento de los múltiples valores de los bosques, al tiempo que se reconozcan los derechos de los pueblos indígenas, así como de las comunidades locales, de conformidad con la legislación nacional e instrumentos internacionales relevantes, según corresponda.
- Implementar y, si es necesario, rediseñar políticas y programas agrícolas para incentivar la agricultura sostenible, promover la seguridad alimentaria y beneficiar al medio ambiente.
- Reafirmar los compromisos financieros internacionales y aumentar significativamente la financiación y la inversión de una amplia variedad de fuentes públicas y privadas, mejorando al mismo tiempo su eficacia y accesibilidad, para permitir la agricultura sostenible, la gestión forestal sostenible, la conservación y restauración de bosques y el apoyo a los pueblos indígenas y las comunidades locales.
- Facilitar la alineación de los flujos financieros con los objetivos internacionales para revertir la pérdida y degradación de los bosques, mientras que se garantiza la implementación de políticas y sistemas rígidas para acelerar la transición a una economía resiliente y que promueva los bosques, el uso sostenible del suelo, la biodiversidad y los objetivos climáticos.